Tras las buenas críticas recibidas por los escasos lectores que componen el blog de Soulcanela, hoy damos continuidad a "Las series de nuestra vida", con esta segunda entrega en la que, una tras una, enumeraremos las cinco mejores series que marcaron nuesto devenir en este mundo.
Sé que habrá discrepancias, series olvidadas y aparentes incongruencias. Cosas del directo. Como siempre, del 5 al 1.
Sé que no entraba en vuestras quinielas, pero, ¿quién no quiso ser alguna vez como este tío? Ir al trabajo descamisado, sin afeitar y parar a tomarte unos cócteles en el bar de tu colega el musculitos. Daríamos la vida por esa libertad, aunque fuese a cambio de jugarte la vida entre los provincianos. Lo más parecido a esa sensación, supongo, será Catral.
Supongo que recordaréis bastante bien la musiquita del inicio, así como a su compañera de trabajo, la pelirroja que, aunque se hacía la víctima, estaba deseando pillarlo a la contra para cepillárselo repetidas veces en ese Jeep con el que patrullaban la zona entre palmeras.
Nick Slaughter, te ganaste mi respecto y admiración, e Internet me da la oportunidad de gritarlo al mundo.
4. McGyver
Invulnerable ante el crimen, impertérrito ante la presión de los últimos segundos de una bomba a punto de explotar, McGyver encarnaba los valores de un auténtico héroe de nuestra infancia.
Capaz de derribar el muro de Berlín con una navaja de Albacete, esperaba siempre al último segundo para asegurar su salvación. Previsible, pero efectivo. No pedíamos más, a sabiendas de que cuanto antes resolviese el problema, antes teníamos que hacer los deberes, por eso agradecíamos esa demora en sus quehaceres.
La melodía del inicio, fiel a la calidad que abundaba por aquella época, era realmente espectacular, hasta tal punto que Rivers y yo nos la pusimos en su coche allá por 2002 para dar alegría y color a una fría ciudad como la nuestra.
3. Hanging with Mr.Cooper
He incluido esta serie con recelo, pues hace algunos años, en una calurosa y ociosa tarde estival, decidí quedarme a ver un capítulo que daban en la 2, y pensé: "por dios, son malísimos". Quiero pensar que el contexto no ayudaba, o que cogí un capítulo malo.
El caso es que este tío, profesor y jugador efímero en la NBA con los Golden State Warriors, me caía bastante bien, era el típico hermano que a todos nos hubiese gustado tener en casa, para amenizar las malas notas y los momentos de desarraigo. Con esos mofletes y ese pelo, nada serio podíamos esperar de él.
Su amiga Rebeca estaba buena, creo que incluso llegaron a ser novios (supongo que los guionistas cedieron a la presión popular, pues queríamos que Coop se la calzase tarde o temprano). Tampoco sabíamos que los pantalones por los sobacos llegarían a provocarnos naúseas algún día. Otro gallo le hubiese cantado.
2. Miami Vice
Ferraris, clubs, dinero, droga. Estos tíos luchaban contra el crimen, no lo dudo, pero de haberse llevado a la realidad, habrían acabado metidos hasta el cuello, con sobredosis o asesinados por 4 puertorriqueños.
Nunca olvidaremos el Testarrosa blanco, los trajes de Don Johnson o las increíbles persecuciones por la ciudad. Por cierto, que hasta que cumplí 16 o 17 años, siempre pensé que la serie se había llamado Miami Beach, espero no ser el único.
1. El príncipe de Bel Air
La indiscutible número 1, la serie de las series. No hay persona que no recuerde un sinfin de momentos míticos de esta serie (también es cierto que la emitieron hasta la saciedad). Antes de que Paclo lo cuente, aquel sketch (odio esta palabra) en el que Jazz le dice a Will: "esta es tu madre?" después de que nos diesen el cambiazo por una de color más claro, fue de lo mejor que recuerdo en la televisión.
No obstante, y puesto que nos darían las uvas contando anécdotas de esta serie, quiero rendir mi particular homenaje, incluyendo un fragmento de uno de los mejores capítulos. Además, aprovecho para recordar al profesor Smiley, uno de los mejores actores de la serie, aunque aparecía con cuentagotas. La charla que da antes del partido es maravillosa.
Un saludo.